lunes, 18 de junio de 2012

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“¿había un pueblo?
no, había tierra
¿había gente, y animales?
no, había tierra
desierta
bíblica”

Martín Rodriguez
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y es entonces cuando al despertar
levantás los párpados y aún tenés
una cortina de arena en las córneas
hace siglos que dormís
con los ojos entreabiertos espías
las horas que ya han ocurrido y no te pasaron
a vos, a mí, repetís varias veces hasta quedar afónico.
un puñado de arena en la garganta
se te atraganta cuando intentás comer los minerales ocultos
porque aún tenés un resto de confianza en lo que se esconde
porque no podés asentir que el panorama extendido
agota lo que hay al frente alrededor y detrás tuyo.
¿pensaste qué hacías acostado en una planicie de arena
si habías despertado de una resaca de noche
o habías nacido del huevo amarillo de un lagarto confundido?
buscás en la luz al fondo de tus ojos las imágenes
la herencia de alguna especie la materialidad de alguna palabra
el hervor de una insurrección el nombre de cierto pueblo.
y sólo ves una sol pálido que calcina lo que toca.

ya sin fe en nada que se ancle a la gravedad
decidís hacer lo que dijiste que nunca
te voltéas y quedás mirando para arriba

el cielo no está vacío el cielo no está vacío
pero lo que encontrás tampoco te tranquiliza.